Las olas de calor que caracterizan el verano no solo afectan el confort de las personas, sino también su salud, especialmente en pacientes con enfermedades respiratorias como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Diversos estudios han demostrado que el aumento de la temperatura y los niveles de ozono en el aire empeoran significativamente estas afecciones.
El ozono troposférico, un contaminante atmosférico que aumenta en condiciones de calor, tiene un potente efecto oxidante que, al ser inhalado, intensifica la inflamación crónica de la vía aérea en pacientes con EPOC y asma bronquial. Esto puede desencadenar episodios de agudización de la enfermedad, haciendo que los síntomas se agraven considerablemente durante los días más calurosos del verano.
Ante este riesgo, se recomienda que las personas con estas patologías respiratorias eviten salir al aire libre en las horas de mayor calor y busquen refugio en interiores. Si los síntomas empeoran, es crucial acudir a un especialista en enfermedades respiratorias para recibir el tratamiento adecuado.